Pero hablemos de la actualidad, estamos inmersos en un mundo digital y todos los soportes que utilizamos son digitales. Supongamos que queremos hacer una cápsula del tiempo y queremos incluir varios gigabytes de información para que las futuras generaciones que la abran puedan ver datos de su pasado (nuestro presente). Podremos incluir libros y fotografías, pero la caja tiene un tamaño limitado y deberemos incluir mucha información para que dentro de unos 200 ó 300 años puedan acceder a ella. En principio tendríamos que incluir manuales, en texto, donde expliquemos las características de los soportes, tanto características del dispositivo utilizado para leer, como de los sistemas de archivos, formatos de archivo utilizados, etc; nunca sabemos qué puede pasar, tal vez el mundo ha evolucionado demasiado y muchos formatos han caído en desuso o tal vez ha ocurrido una catástrofe y si tienen algo parecido a un ordenador, no está lo suficientemente evolucionado como para leer esa información. Pero bueno, no pensemos en desastres, porque si nos ponemos a empeorar las cosas, sería imposible recuperar la información.
Hace unos días, intentaba rescatar información de unos disquettes, información almacenada allá por el 1998 o 1999, cuál fue mi sorpresa cuando no pude rescatar esa información por muchísimos fallos de lectura obtenidos. Es cierto, que algunos disquettes del año 1993 funcionaron perfectamente (son casi 20 años de antigüedad). Depende de cómo se conservaron esos discos, la mayoría estaba en una caja cerrada especial para discos flexibles, que no se había abierto en muchos años, por lo que estaban aislados del polvo y el lugar no era muy húmedo, por lo que por fuera estaban todos muy bien conservados. El problema es que no podríamos almacenar mucha información, es más, una foto sacada de una cámara digital actual ocuparía mucho más que un disquette. Llega el momento en que los disquettes no son confiables para almacenar información y guardarlos en una cápsula del tiempo, puede que la información ya no llegue. Es un mal soporte puesto que se desgasta con el tiempo. Con respecto a estos discos, la marca mejor conservada era KAO, aunque de casi 200 discos, se pudieron leer unos 10, las demás marcas salieron peor paradas.
En el caso de los CDs, el CD más antiguo que he probado es del 1998 (14 años) y funcionaba perfectamente, paradójicamente, es un CD de una marca desconocida (ya no se ve) y lleno de rayas en la zona donde se lee, y ha estado todos estos años metido en una tarrina; mientras discos de marcas como Sony o TDK con menos de 10 años conservados en su caja no se pueden leer ya. Aquí tampoco nos podemos fiar mucho, mientras Sony en la caja aseguraba la durabilidad de los datos, se ve que éstos no han durado demasiado, ahora bien, no sabemos si Sony, dentro de 200 años se podrá responsabilizar del desastre. Si elegimos incluir CDs, tendremos que hacer uso de mucha redundancia, es decir, al menos copiar la misma información 10 veces en diferentes tipos de discos, por lo que pueda pasar.
Vamos a ver los DVDs, aún conservo DVDs de 2003, y veo que marcas como Verbatim y Princo, bien conservadas me han dado buenos resultados, aunque tenemos también que incluir varios DVDs con la misma información, por lo que pueda pasar, tal vez en el futuro se hayan degradado mucho y no se puedan leer bien. No parecen una mala opción, pero no sé si durarían 200 años.
Le ha tocado el turno a los pendrives, y es que mi primer pendrive, de 128Mb, comprado en 2003, lo he enchufado hoy, y no funciona, era de marca Sweex, después de un formateo funciona bien de nuevo, a lo mejor ha sido porque ha estado tirado en cualquier lado durante varios años. Aunque a priori son uno de los sistemas de almacenamiento longevos, tendríamos que prepararnos, porque una mínima confusión al conectar los cables USB puede dejarnos sin el dispositivo (a lo mejor en 200 años no conocen el USB y el investigador de turno tiene que probar). A lo mejor podemos encontrar algún pendrive cuyo fabricante nos asegure que los datos van a durar mucho, pero si miramos la imagen del final del post, no llegarán a durar 200 años.
Las tarjetas de memoria que conservo actualmente datan de 2005 y se pueden leer perfectamente, aunque su última escritura ha sido hace unos meses, por lo que una SD con 7 años funciona como el primer día, su tamaño es muy pequeño, por lo que podemos incluir mucha redundancia en la información, por si alguna con el tiempo falla, aunque no debería, porque en teoría se degradarían por el uso y no por tiempo, pero bueno, puede pasar de todo,
Un disco duro fue al principio mi primera opción cuando pensé la primera vez en este tema, el disco duro más antiguo que conservo es de 6Gb, del año 1999 (13 años), marca Seagate (un par de Samsung no sobrevivieron) y aunque no funciona tan bien como al principio, todavía está en funcionamiento. Es más, se ha usado mucho, aunque mirando los datos S.M.A.R.T. es un suspenso absoluto y en cualquier momento dejaría de uncionar. Habría que ver qué pasa con un disco duro de fabricación nueva y que sólo se escriba una vez, aunque una vez desactivado no sé si sus propiedades magnéticas se mantendrían esos 200 años.
Esto de los discos duros es un tema delicado, ya que todos tenemos disco duro en nuestro ordenador, y parece que más o menos la vida media podría ser 10 años, quiere decir que la información que tengamos y queramos conservar en el tiempo (tal vez para que se conserve unos 30 años), debemos copiarla a menudo, aunque también es difícil que aguantemos 30 años con el mismo ordenador.
Bien, ya sólo nos queda la nube, aunque con cuidado, tal vez enviamos información a la nube y las empresas que regentan esas nubes puedan acceder a la información, o puede que dentro de 200 años no existan dichas empresas y los datacenters donde estaban esos datos queden abandonados o incluso borren la información de sus discos duros. Por un lado tenemos la seguridad de que nuestros datos estarán replicados y que un equipo de técnicos se encarga de que no se pierda información (en teoría), pero siempre puede ocurrir algo que cause la pérdida y nos haga pensar en que ojalá esa información estuviera en nuestro poder. Pero como dije antes, las empresas cierran por muchas razones, y no sé yo si se podría confiar en algo así.
El archivo más longevo que tengo en mi ordenador es de 2000 (12 años), y ha ido pasando de disco duro en disco duro (y es la tercera copia), aunque quitando algún descubrimiento en los discos flexibles, de archivos sin importancia no tengo nada más nuevo por aquí. Incluso hay cosas del 1999 que me ha dado lástima perder porque los discos donde estaban ya no funcionan.
El archivo en «la nube», entre comillas porque fue subido a Internet en 2001, en un servidor gratuito, donde tenía un servicio ftp, ha estado disponible hasta hace 1 año (un total de 10 años), y ya no digo nada de mi página en geocities, xoom, iespana y algunos de los servicios de publicación de páginas gratis de hace unos años (por favor, comentad si los recordáis). Y en el terreno de pago, he probado unas 8 empresas de hosting, que al principio daban un buen servicio y luego se confiaron, ha habido problemas en las copias de seguridad y problemas con el soporte técnico, o han cerrado; por lo que tampoco se puede confiar 100% en ellas. Aunque llevo desde 2006 siendo cliente de Configbox y 4 de Dreamhost. Es verdad que también se puede utilizar un servicio de Amazon mucho más potente para almacenar archivos; parece una empresa fuerte en este momento y confiable un poco más que otras.
Por último, voy a dejar una infografía sobre medios de almacenamiento y su durabilidad. Pero no cogeré el enlace en de la página original, copiaré la foto y la subiré para replicarla y así disminuir su posible pérdida:
Y vosotros, ¿qué utilizaréis para conservar vuestros archivos durante todo el tiempo que sea posible?